¿Te has preguntado que necesitas desde el punto de vista personal para emprender?
Hoy, queremos compartir contigo las competencias que hacen parte del perfil emprendedor. Y para esto vamos a dividirlas en 3 bloques:
Competencias técnicas, contextuales y personales.
En las competencias técnicas encontramos diferentes tipos:
Financieras: para entender estados financieros, flujo de caja, y presupuestos. Esto te ayudará a gestionar los recursos económicos eficientemente.
Marketing y ventas: tiene que ver con estrategias de marketing digital y tradicional y con técnicas de ventas, lo que te acompañará en una adecuada gestión de relaciones con clientes.
Legales: para comprender las leyes y regulaciones locales que impactan tu negocio.
Gestión operativa: la planificación y control de operaciones diarias son importante, así como una adecuada gestión de la cadena de suministro y logística.
Tecnológicas: competencias en el uso de herramientas digitales y software de gestión empresarial. También conocimientos de comercio electrónico y marketing digital. En un mundo tan digitalizado, esta será una competencia que te ayudará a maximizar tu propuesta de valor.
Planificación estratégica: desarrollo y ejecución de planes de negocio y evaluación y análisis del mercado para identificar oportunidades.
En las competencias contextuales hablamos de:
Conocimiento del Mercado Local y las costumbres culturales: para entender las particularidades del mercado en el que te encuentras y entender las preferencias y comportamientos de los consumidores locales.
Redes de Contacto: construir y mantener relaciones con otros emprendedores, proveedores y clientes, puedes participar en asociaciones empresariales y eventos de networking.
Y por último y no menos importante, encontramos las competencias personales, como son:
Liderazgo y gestión de equipos: Inspirar y dirigir a otros hacia objetivos comunes será de vital importancia para la sostenibilidad de tu negocio.
Negociación: con proveedores, clientes y socios. Es una competencia que te ayudará a resolver diferentes situaciones con un enfoque gana – gana.
Adaptabilidad y flexibilidad: hoy es importante ajustarse rápidamente a cambios en el mercado y en el entorno empresarial. Innovar y adaptarse a nuevas tecnologías y metodologías es una ventaja competitiva.
Toma de decisiones: no dejes de evaluar riesgos y beneficios para tomar decisiones informadas y oportunas.
Comunicación: transmitir ideas y estrategias claramente y escuchar atentamente las necesidades de los clientes y el equipo te ayudará a enfocarte y responder a esas necesidades.
Resiliencia y perseverancia: para superar desafíos y fracasos y mantener la motivación y la persistencia a pesar de las dificultades. Recuerda que el plan A puede fallar pero que cuentas con un plan B o C te dará confianza par a intentarlo nuevamente y aprender de los errores.
Y no olvides la ética y responsabilidad: actuar con integridad, cumplir con las leyes y regulaciones y con los compromisos adquiridos será un gran aporte para la comunidad y la construcción de un mundo mejor.
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Por Nathalia Mejía Upegui
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